Desperté a las 3 am algo fastidiada. Cuando abrí los ojos por completo y mi pereza se fue al baño, me quedé mirando el techo y repasando mi sueño. Me había soñado volviendo a entrar a un salón de clase de chicos (as) de secundaria (5º año para ser más exacta). Pasando la saliva en la garganta seca al ver a más de 25 muchachos (as) con miradas ávidas, algunos furtivas, otras dulces que me desnudaban el pensamiento con tan sólo repasarme.
Me quedé pensando en los momentos que la vida me llevó a un aula de colegio, ya no como la hermana menor de las Alvarado Campos (Uy qué chicas para aplicadas, mis hermanas. Yo, no lo era tanto) sino como la "profesora" (o un remedo de lo que debería ser una). Recuerdo que la primera vez que me paré en frente de las carpetas ocupadas por adolescentes entre los 13 y 17 años (contando de 1º a 5º de secundaria) me sudaban las manos al pensar cómo "domaría" tremendos "chukis". Y pues, no me quedaba de otra. No podía salir corriendo y huir. No había marcha atrás. No era igual que exponer algún tema en la universidad, llegó a ser mucho mejor que eso. Grandes satisfacciones y dolores de cabeza. Además creo que lo tengo en la sangre, mis papás son profesores y son los mejores que he conocido en mi vida. Dedicados a sus alumnos al 70% (30% a su casa e hijas) preocupados no sólo de que copien en el cuaderno la clase, sino que la "entiendan". E involucrados con los problemas personales que no permiten al alumno (a) evolucionar y avanzar en su aprendizaje. He sido muchas veces observadora participante de sus clases y pues creo que sé cómo es ser un buen (a) profesor (a).
Ya empezaron o están por empezar (en algunos colegios) las clases. Y este año (y quizá muchas años más) la historia seguirá siendo la misma. La educación en nuestro país está tan echada al olvido por todos: Gobierno, Ministerio de Educación, docentes, padres de familia, alumnos.
Nunca existe un buen presupuesto ni para implementar escuelas ni para pagar a los docentes. Los padres de familia creen que la escuela debe hacerse cargo de sus hijos y pues para los alumnos (ojo, que no para todos) la escuela es lo peor que les ha pasado en la vida, una cruz que cargar. Y así como yo, alguna vez han cantado "Al colegio no voy más".
Pero no hablemos de las diferencias entre los colegios nacionales y particulares. Para este escrito resultan ser lo mismo: La educación en el Perú necesita un cambio, en general. Creo que la mayoría de nosotros está de acuerdo que la base de todo es la EDUCACIÓN. La que no sólo radica en la escuela, pues la primera y la mejor educación que podemos hacer crecer, la recibimos en casa.
¿Cómo revolucionamos nuestra educación? Es una pregunta bastante complicada. No existe un buen plan educativo, que es urgente. O si existe, no se cumple. Hasta ahora me pregunto por qué me contrataban para dictar en colegios particulares si aún estaba en 3 año de mi carrera y que no es Educación ni Pedagogía. Bueno, mano de obra barata, ¿no? y hay muchos buenos profesores que no consiguen empleo porque exigen un pago justo. Si la educación en Lima y ciudades donde todos tenemos una cultura cuasisimilar no es buena y justa ¿cómo es la educación en el Perú profundo?
Somos un país nada homogéneo. Las realidades son diferentes. Y eso hace que la educación sea diferente, segmentada. ¿De qué me sirve hacer una clase para niños asháninkas sobre artefactos eléctricos si ellos no tienen luz en la zona en la que viven? Alguien podrá decir para que conozcan sobre ellos. Respuesta válida. Pero no sería mejor que tengan luz o en todo caso, enseñarles sobre su realidad. O en algún colegio de Lima se enseña que en la selva peruana existen más de 10 tipos de loros con sus respectivos 10 nombres propios. No, a nosotros nos enseñan que todos esos animales se llaman "loro" y punto.
Hablar sobre la educación es un círculo vicioso. Y quizá si sigo hablando sobre esta no termine nunca. Pero está en nuestras manos hacer el cambio, empecemos por casa. Cultivemos en nosotros mismos (y familia) buenos hábitos, amor por el prójimo, por la Patria, VALORES, educación vial (que tanta falta nos hace), etc. Y pegándome a mi área, los dejo con esta pequeña línea que siempre repito y que ejemplifica lo que para mí es aprender:
"No se trata de quien lee más sino de quién entiende lo que lee y lo interioriza para bien".
La educación en nuestro país está como la secuencia de pinturas de M. Piccarda. Quizá si unimos los lados lleguemos a tener un buen resultado.
5 comentarios:
Hola, Lizbeth:
En Venezuela ocurre lo mismo que cuentas. La cosa empeora cuando la violencia está de por medio. Un amigo que es profesor de inglés me contó que le tocó dar clases en un liceo en un barrio pobre caraqueño. Muchos estudiantes van armados con pistolas y muchas niñas se prostituyen; no hay insumos porque los roban. ¿Cómo ejercer la docencia en un ambiente tan hostil? De hecho, en muchos de esos liceos no hay profesores de Castellano y Literatura, por lo que esos muchachos carecen de esa formación y luego no tienen capacidad para afrontar estudios universitarios. Y para colmo, el Gobierno ha hecho cambios en el sistema de educación básica y secundaria basados en la ideologización.
Hola Ricardo, pues lo que cuentas es muy fuerte y triste a la vez. Yo no sé si en Perú existan esos casos, pero la verdad es que como menciono en el escrito, hablar sobre la educación es empezar un círculo vicioso, es como tratar de entender quién fue primero si el huevo o la gallina. La pregunta es ¿quién debe ejercer el cambio si no somos nosotros?
Un gusto, encontrarte por aquí =)
Una vez leí que en comprensión de lectura, Perú estaba entre los últimos puestos de Latinoamérica,,, la educación debería mejorarse, pero a veces parece taaaan difícil,,,
si en algunos colegios privados la educación no es la mejor, cómo será en otros donde los recursos escasean? ,,,
estos primeros dias de clases en los coles me recuerdan al cuaderno triple renglón de Loro, el borrador rojo-azul de Pelikan, el lápiz bicolor y el aroma del UHU jaja,,
saludos,,,
Bueno, eso que leíste quizá fue la prueba Pisa. Pues sí quedamos entre los últimos puestos. Nuestra realidad es dura pero tampoco se trata de basarnos en una prueba de este tipo pues no se trata de medir cuántas palabras se puede leer por minuto, sino de cuánto se comprende, de la calidad de lectura.
Es todo un problema que resulta ser interesante, aunque difícil, resolver.
Saludos
Al Trabajo / Colegio No Voy Mas ...
http://www.youtube.com/watch?v=4S0E1aDUh64
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