... me enfrento a un sentimiento especial, a un recuerdo extraordinario en el que los días, meses y años cuentan una historia literaria. Las palabras me quedan pendientes, el suspiro se siente en mi mente al recordar tan largas charlas, tan buena compañía, las miradas serenas y, sobre todo, nuestra amistad equilibrada. Cada vez que pienso en el río veo tu rostro, cada vez que la selva me envuelve en su monte yo siento tu energía. Cuando Fuguet me habla en sus cuentos, yo te leo. Cuando te leo, una y otra vez, sé que mi memoria no es suficiente para tus palabras.
El Yarinacocha te tiene, te sumerge cada noche, te mira y se llena de tu verbo. Y tú, de seguro, feliz en sus aguas. Te debo una visita, una sonrisa y una salida. Me debes un sueño, un aliento y un gracias.
Mis promesas serán cumplidas, mi adiós no fue convincente, sé que no despertarás y que seré yo la que tendrá que irse a soñar!
Yo no olvido ni a las personas ni las cosas, menos aún los buenos sentimientos y tú siempre serás la luz al final del camino, la soledad acompañada, mi ángel de la guarda... Hasta pronto Yostercito, hasta que mi último suspiro nos lleve al encuentro.El Yarinacocha te tiene, te sumerge cada noche, te mira y se llena de tu verbo. Y tú, de seguro, feliz en sus aguas. Te debo una visita, una sonrisa y una salida. Me debes un sueño, un aliento y un gracias.
Mis promesas serán cumplidas, mi adiós no fue convincente, sé que no despertarás y que seré yo la que tendrá que irse a soñar!
Aunque no te pueda ver...
3 comentarios:
WOWWWW.. si querías transmitir un sentimiento se ha logrado por completo.. me gustó mucho!! Felicitaciones!
venomsly
¿Te refieres a Yoster, el hijo del escritor pucallpino Walter Perez Meza?¿El que murió en un accidente de carretera? Creo que sí.
La última vez que lo vi fue cuando me dio los pasajes para Pucallpa de la agrupación literaria Maldita Boa (a la que pertenece su padre)donde me invitaban a una de sus actividades. disfruté de esa estancia, de la selva y su literatura. El domingo, cuando me regresaba, solo pude despedirme de un Walter tembloroso e intuyendo lo peor. Saliendo apenas de Pucallpa, la radio de una gasolinera narraba el siniestro y mencionaba a Yoster entre las víctimas. Fue uno de los peores momentos de mi vida.
¿Sabes? En ese autobús pude ir yo.
Fue una manera de confirmar que este país es tan hermoso como cruel.
Sí Javier, Yoster Perez. Mi gran e incondicional amigo que debe estar en el Yarinacocha sumergido contándole cuentos a las sirenas.
Pues fue y es un gran narrador. Fue un momento terrible, pero la vida es así, ¿no?
Estoy ligeramente sorprendida de cuán chico es el mundo. Un gusto encontrarte y leerte.
Publicar un comentario